La estatua de Shamar Rimpoché

El 26 de noviembre de 2017, la estatua definitiva de la estupa se colocó en su lugar. Estos momentos pueden revivirse en el vídeo que puede encontrar aqui abajo.

Acomodada en el corazón de la estupa, ésta es la primera estatua realizada del XIV Shamar Rimpoché. La artista es una discípula francesa de Shamarpa, Bénédicte Henicz, que la ha modelado bajo las instrucciones de Jigme Rimpoché.
Nos cuenta más sobre las etapas de la fabricación.

Dhagpo: Hola Bénédicte, ¿podrías explicarnos por favor cómo germina la idea de confeccionar una estatua de Shamar Rimpoché?

Soy escultora y trabajo sobre mis propias creaciones que pertenecen sobre todo al dominio contemporáneo. Algunos días antes de la muerte de Shamarpa, me envolvió un sentimiento extraño: ¡debía de esculpir su busto! Este sentimiento era tan fuerte y estaba tan presente que llamé a mi marido para compartirlo con él.

En el momento de la llamada se encontraba en una entrevista con Shamarpa en su centro Bodhi Path de Renchen UlmNo quiso que esculpiera su busto. En ese momento yo no sabía que mi petición no era correcta ya que un busto se destina normalmente a la memoria de una persona que ya no está aquí.
Sin embargo, Shamarpa dijo que pasaría a vernos en Francia cuando acabara sus enseñanzas en Alemania. La víspera de su visita, con todo el respeto que tenía por él, no era capaz de preparar su llegada.  Al día siguiente por la mañana, nos anunciaron la muerte de Shamarpa.
Unas semanas más tarde, Jigme Rimpoché me encargó realizar su busto. Entonces entendí que la visita evocada por Shamar Rimpoché ¡era diferente de la que yo había imaginado!  La enseñanza comenzó a partir de ahí…

Dhagpo: ¿cuáles han sido las etapas de la creación?

Jigme Rimpoché me ha dirigido en mi trabajo sin hablarme de técnica ni de códigos. No me indicó lo que debía de hacer, tan solo me dijo que los discípulos de todas las épocas deberían reconocerlo. Me enseñó algunas fotos de viejos budas y de Shamarpa. Este mundo de escultura sagrada me era totalmente desconocido.
A través de los comentarios y de las correcciones que me aportó Jigme Rimpoché, asumí el hecho de que existía un sentido que no se percibía visualmente.
De hecho, tuvo mucha paciencia conmigo e hizo prueba de mucha gentileza ya que, con el tiempo, recuerdo el apego tan fuerte que tenía a mi visión de artista.
Constaté igualmente que estaba al servicio de Shamar Rimpoché. Cada vez que me confrontaba a cuestionamientos importantes sobre mi trabajo y que estaba dispuesta a abandonarlo todo, Shamarpa se me aparecía en sueños para darme las claves esenciales para continuar.

Dhagpo: ¿Cuánto tiempo tomó todo el proceso hasta llegar a la estatua final?

Empecé con el busto en tierra en noviembre de 2014. El proceso ha durado dos años y medio. El busto acabado pesaba 40 kg. A esto le siguió una etapa técnica de reducción para poder adaptarla a la talla que se pedía.
El trabajo del cuerpo y del lotus con los diferentes mudras, los hábitos y el pedestal, también fue muy largo. Tras lo cual, con mi equipo técnico, procedimos a la creación de prototipos y a los diversos ensamblajes del cuerpo que preceden al molde, antes de proceder a la etapa de creación de la estatua de cera.
La cera es la última etapa de retoques importantes, es efímera, ya que hay que volver a hacerla a cada pedido de una estatua de bronce. En cada tirada, hay una reproducción en cera modelada que pasa por el fuego. La cera se funde para dejar su lugar al bronce en fusión.
Después de que el bronce se enfríe, se limpia se pule y se lija. Tras lo cual llega la etapa de la pátina.
A lo largo de todas estas etapas, la estatua debe de conservar su expresión. Es la razón por la cual aprendí a realizar las diferentes etapas del trabajo (salvo el vertido del bronce).
Jigme Rimpoché vino a la fundición que se localiza en Francia, donde dirigió y controló la etapa de la pátina de la estatua.

Dhagpo: ¿Qué ha sido para ti lo que más te ha marcado?

El trabajo bajo pedido es particular sobre todo tratándose de arte sagrado.
Mi ego se puso a prueba incluso si pensaba que estaba trabajando con total humildad. ¡Estaba lejos de imaginar que iba a vivir tantas emociones que me llevarían a ver mi trabajo de escultora de manera diferente!
Lo más difícil fue modelar la sonrisa de Shamarpa sin… ¡sin que sonriera! El matiz era complicado, hacer sonreír visualmente era técnicamente simple, introducir la noción de sonrisa compasiva sin esculpirla, pero sugiriéndola por la mirada, fue mucho más largo de integrar.
Esta experiencia ha sido enriquecedora tanto a nivel espiritual como profesional. He comprendido que siempre tenemos algo que aprender.

Para más información, puede acceder a la web www.dharmasculptures.com

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