Consagración del emplazamiento
Una vez que el lugar y la orientación de la estupa quedan determinados, toma lugar una ceremonia para consagrar el lugar.
Se trata de hecho de preparar el terreno a nivel espiritual, es decir, de asegurar que todo se pase de la mejor manera posible tanto a nivel de la construcción en sí misma como del entorno de la estupa.
Un altar provisional se eleva con las representaciones del cuerpo, de la palabra y de la mente de Buda bajo la forma de una estatua, de un texto y de una pequeña estupa respectivamente.
Lama Jampa, que a su vez ha recibido la transmisión de esta práctica de Lama Sherab Gyaltsen Rimpoché, ha venido a echar una mano importante al equipo y a formales en este ritual. Se utiliza para ello un texto compuesto por el 6º Sharmar Rimpoché, Mipam Choky Wangchuk (1584-1630). El mismo texto que Shamar Rimpoché utilizó para la consagración del terreno de Shar Minub. Se trata de un texto específico que se utiliza para la consagración de lugares o de construcciones budistas (templo, monasterio, estupa, centro de retiros, etc.).
En primer lugar se recita un Sutra, el Tashi Sikpa. Se formulan deseos para que todas las influencias sean benéficas. Después el ritual se desarrolla en diversas fases, la primera consiste en la purificación del lugar, tras lo cual se suceden diferentes fases de ofrendas junto con particularmente la bendición de las herramientas que se utilizaran en la obra y la bendición de los trabajadores. Como no es posible reunir todas las herramientas y los obreros físicamente, se bendicen simbólicamente a las personas reunidas al igual que una pala y un pico.
Durante el ritual, la práctica pide que se imagine la futura estupa y como si existiera ya, circunvalarla para concretizar así la intención de su construcción.
La práctica finaliza con deseos de buen augurio. El terreno está a partir de ahora listo para que las modificaciones se inicien con el fin de recibir la estupa. En efecto, primero hay que allanar y empezar con los arreglos exteriores.